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The following is a translation of the article A letter to a Friend of a “New Normal” Grieving Mother.
Querido amigo,
Ha pasado un tiempo desde que me contacté contigo. Estaba ocupada. Ocupada sobreviviendo. Ocupada haciendo mi duelo.
He estado más focalizada en mi viaje y en mí que en los demás. Debía hacerlo. Por mí y por mi familia. De lo contrario, quizás ya no estaría presente.
Mi hija ha muerto e incluso si/aunque hace meses o años que ocurrió esto, mi recuerdo está tan fresco como si hubiese ocurrido ayer. Para el mundo externo, esto se convirtió en una historia: la historia que la gente cuenta en el mercado sobre la mujer que perdió a su bebé. Pero incluso esas conversaciones han comenzado a menguar a medida que la noticia ya no merece aparecer como nota de tapa. En el mejor de los casos, se ha convertido en un recuerdo. Un recuerdo que se desvanece.
Quizás me vea mejor en mi apariencia externa, y a comparación de las primeras semanas y meses, estoy mejor…O al menos eso parece. Hasta que el dolor vuelve a derribarme como esa ola inesperada que te sorprende a tus espaldas. En esos momentos no me reconocí. Los momentos en los que fui esa mujer loca viviendo su “nueva normalidad”,maldiciendo en voz alta cada detalle de su vida, deseando su propia muerte para terminar con este dolor. Esto, sin embargo, ocurría en general (no tan) silenciosamente a puertas cerradas. Estos momentos ocurren con menos frecuencia ahora…Al no contactarme contigo, te evité esos momentos. No te hubieran gustado. A mí misma no me gustaban y aún no me gustan. Te habrías consternado tanto con la “nueva normalidad” de tu amiga que hubieras dejado de estar en contacto con ella.
Acostumbrarme a esta “nueva normalidad” ha sido un duro camino para mí, y honestamente, mi “nueva normalidad” no se parece en absoluto a la yo normal que conocíamos tú y yo. Pregúntale a mi marido, la roca…quién sabe cómo se las arregló para no marcharse. He mantenido esta “nueva normalidad” entre paredes por mucho tiempo porque verás, no tiene (o tiene muy pocas) habilidades sociales. Prefiero pasar el tiempo con ella a solas; no significa que sea una compañía agradable pero simplemente no se adapta a mi vida antes de la pérdida. Fue mi forma de preservar a quienes quedaran disponibles.
No solo he sido un desastre de amigo en mi “nueva normalidad”, también he sido un desastre en mi “nueva normalidad” como madre, esposa, hermana, hija, ser humano. Cuando advertí yo misma que tenía que integrarme a esta “nueva normalidad”, luché contra esta realidad. Ella, o más bien yo, tuve que volver a aprender a vivir, a relacionarme con la gente, a cuidarme, a estar en una relación, a ser un ser humano responsable, a tratar las cosas y a la gente con respeto…más que nada a mí misma.
La “nueva normalidad” no tiene energías ni deseos de complacer como antes. Renuncié a regresar a ser o a obtener la antigua yo que solía ser…y sucumbí a esta “nueva normalidad”. Resistirme es agotador e inútil. Cuanto más honesta y directa noté que era y es esta “nueva normalidad”, me hallé menos socialmente digerible. Una simple pregunta para comenzar una conversación como sería “¿Cuántos hijos tienes?” convierten a esta “nueva normalidad” en una aguafiestas. Y a quienes conocen la historia, los imagino poniendo los ojos en blanco y pensando: “Aquí vamos de nuevo…”
La triste verdad es que me acostumbré bastante al hecho de que mis amigos prefieran mantenerse lejos de mi “nueva normalidad” y puedo comprender en parte tu potencial motivación. Por más que la “nueva normalidad” ha necesitado hablar de esto, quizás ella/yo haya saturado tus oídos y sobrecargado tu capacidad de escuchar. Yo misma preferiría que esta “nueva normalidad” pudiese contar una diferente historia de vida.
Ahora quiero ser una buena amiga en mi nueva normalidad.
Esta amiga es honesta, real y auténtica.
Cuando integre esta nueva normalidad…
Te llamaré o me pondré en contacto cuando realmente lo sienta.
Diré las cosas como son.
Siempre mencionaré a todos mis hijos, vivos o muertos.
Aprenderé a amarme, a amar la vida y a amar aquello por lo que estoy aquí.
Apreciaré tu paciencia, amor y cariño.
Seré humana,falible e imperfecta.
Y esperaré que tú te encuentres con tu propia humanidad.
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